Sermones de Semana Santa 2025: Domingo de Ramos
- archivocorpuschristi
- 12 abr
- 3 Min. de lectura
Domingo de Ramos, 13 de abril de 2025
Is. 50, 4-7
Fp. 2, 6-11
Mc. 14, 1-15,47
1. Hemos iniciado esta celebración acompañando a Jesús con ramos en su entrada triunfal a Jerusalén. El Evangelio nos dice que a medida que Jesús y sus discípulos se acercaban a la ciudad ”muchos alfombraban el camino con sus mantos, otros, con ramas cortadas en el campo', y que "los que iban detrás y delante", llenos de entusiasmo, gritaban: "Viva, bendito el que viene en nombre del Señor. Bendito el reino que llega, el de nuestro padre David. ¡Viva el Altísimo!".
2. Con el domingo de Ramos da comienzo la semana santa. Hoy celebramos que Jesús es aclamado como rey y entra en Jerusalén con gritos de júbilo. En esos momentos de entusiasmo y alegría probablemente nadie piense qué clase de rey es Jesús. El desenlace de los acontecimientos que muy pronto seguirán a esta entrada triunfal, primero les desconcertarán, pero luego les abrirán los ojos y comprenderán la verdadera realeza de Jesús: es un rey cuyo trono en este mundo es una cruz; es un rey cuya corona es de espinas; un rey cuya suprema grandeza es la humildad: un rey cuyo poder es amar y servir, no dominar.

3. Hemos proclamado hoy la pasión y muerte del Señor. Él había dicho: Nadie tiene amor más grande que el que da su vida por sus amigos" y también: “Yo soy el buen pastor, y el buen pastor da su vida por sus ovejas".
Cristo ha dado su vida por nosotros. Su pasión y muerte son la prueba más grande de su amor: su muerte ignominiosa en la cruz es la expresión suprema del amor divino: Dios nos ha amado tanto en Cristo que muere en la cruz para que nosotros tengamos vida. Nuestra redención es el fruto de este amor supremo de Dios. Cristo en la cruz es el grano de trigo que cae en tierra y muere, y da fruto abundante: ese fruto es nuestra salvación.
Miremos y contemplemos a Cristo colgado en la cruz con asombro y agradecimiento: es Dios mismo que en Cristo nos salva.
4. Pero la cruz es también la sabiduría de Dios para los hombres. Como dice san Pablo, Cristo crucificado es la sabiduría de Dios (1 Cor. 1. 25). En la cruz, paradójicamente, Dios nos enseña el camino de la vida, el camino que lleva a la plenitud, el camino mejor, como también dice san Pablo: el camino del amor. Por eso hoy se nos exhorta a tener los mismos sentimientos que Cristo Jesús, el cual “no hizo alarde de su categoría de Dios, sino que se despojó de su rango, tomó la condición de esclavo, y se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz”. Y san Pedro, en su carta 1ª escribe que ”Cristo padeció por nosotros, dejándonos un ejemplo para que sigamos sus huellas"
Tener los mismos sentimientos que Cristo Jesús, seguir sus huellas, ésta es nuestra sabiduría, éste es el camino mejor que lleva a la vida. Un camino que sólo podemos aprender de Cristo, que es el camino mismo: si hemos sido amados hasta el extremo, si ese amor nos ha redimido y hecho hijos de Dios, el camino que hemos de seguir no es otro que el de amarnos unos a otros como hemos sido amados por Dios en Cristo.
5. Hoy comenzamos a Semana Santa. En ella vamos a conmemorar y celebrar el misterio central de nuestra salvación: la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Nos hemos preparado espiritualmente para ello durante el tiempo de Cuaresma. Pidámosle al Señor que estos días santos sean para nosotros para la lglesia un tiempo de gracia en que renovemos nuestra vida cristiana creciendo en el amor; un tiempo de gracia que nos empuje a seguir a Cristo con fidelidad ya proclamarlo nuestro Dios y Señor con nuestros labios y con nuestras obras.
Por Juan José Garrido, rector del Real Colegio Seminario de Corpus Christi.
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